miércoles, 12 de octubre de 2011

El porteo es una habilidad, no un producto adquirido

Desde que me enteré de mi embarazo, me vi bombardeada por miles de mensajes e insinuaciones de todo lo que mi bebé "necesitaba": cuna, mamilas, juguetes, ropa, carreola, asiento mecedor, monitor, móvil con música, tres tipos de chupones... Una montaña de artículos que en mi inexperiencia, me parecían opresivos e indescifrables. Recuerdo una ocasión en la farmacia, con 38 semanas de embarazo, después de una carrera frenética y bamboleante a las 10 de la noche porque me di cuenta que no tenía una sola mamila y... ¿qué iba a hacer? Me angustié hasta el sofoco en el pasillo de bebés, abrumada y aterrada por no saber cuál elegir.

Es muy triste, pero me parece que en estos tiempos vivimos desconectadas de la maternidad hasta que nos toca ser madres, y entonces al buscar información casi siempre encuentras que te ofrecen una solución en forma de un producto: esta marca de chupón, tal asiento que vibra, el diseño de este portabebé. ¡Estos productos te harán mejor madre! ¡Tu bebé te amará más por proporcionárselos!

El feliz descubrimiento es que todo es una mentira de la mercadotecnia. En los casi dos años que han pasado desde esa noche, he aprendido muchísimas cosas, desde hacer caldo de pollo con chayote hasta construir rampas para coches con cajas de cartón; y entre las más importantes, cuento el haber aprendido que lo más importante en el bienestar y felicidad de mi San soy YO, sin moños ni artefactos. Ninguna mamila le pudo reemplazar el consuelo de mi teta, ni asiento alguno lo arrulló tan pronto como cuando lo abrazaba contra mi pecho. Cuando se enferma, tal vez el medicamento lo cura, pero soy yo quien le hago sentir mejor, abrazándolo, meciéndolo, contándole nuestros cuentos secretos.

Creo que todas hallamos nuestra certeza de madres en momentos distintos; algunas la sienten al momento de amamantar, al llevarse al crío a dormir consigo, al encontrar que le divierte vernos con el calcetín de sombrero, o en la contemplación diaria al bañarlo con suaves tés de lavanda. En mi caso, mi maternidad me dictó el rebozo, con una voz que escuché clara y fuerte desde el momento de saber que sería madre. He tenido muchos momentos de duda y he modificado tácticas incontables veces en estos pocos meses, voy tocando de oído igual que todos, pero en lo que se refiere al rebozo y al porteo, nunca he sentido dudas. Jamás me imaginé empujando una carreola, pues lo único que deseaba era traerlo aquí, muy cerca, sobarle la espalda y darle palmaditas como le hacía en la panza, oler su coronilla, besarlo y besarlo y besarlo.

El porteo ha sido una bendición para nosotros, abriéndonos efectivamente Un Mundo de Posibilidades, ha sido un camino gratificante pero no ha carecido de tropiezos y algunas frustraciones; al ser una habilidad, implica una curva de aprendizaje que incluye a ambos, bebé y porteador. Hemos llorado los dos pero hemos aprendido, y siempre ha sido para mejor. Al final nos conocemos mejor y confiamos más el uno en el otro. Y también, al final sabemos que no depende de este u otro portabebé, sino de nosotros y de la cercanía que nos representa.

¡La magia está en nosotros, no en el cargador!

7 comentarios:

  1. Me encantó tu escrito, tan cierto, tan del corazón.

    Gracias por compartir tu sentir, tus aprendizajes, gracias por aparecer cuando te necesitábamos para no rendirnos, gracias porque me sigues enseñando y continuas enriqueciendome con tu amistad.

    Te quiero.

    Felicidades por tan hermosa labor.

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  2. Muchas gracias Tocayita!
    Gracias a ti por tu compañía y apoyo, Constanza y tú aparecieron cuando yo estaba pensando en tirar la toalla! Yo también las quiero...

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  3. Yo también estoy feliz con mi fular. Nos mudamos acá hace casi 4 meses y la carreola sigue empacada! Emma feliz con fular o con rebozo, adelante, en mi espalda, etc. Con mi primera hija no conocía esta posibilidad, pero ahora la aprovecho todo el tiempo y la conocí principalmente a través de ti. ¡Gracias! :D

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  4. Me gustó mucho tu post, me llegó... es tan cierto que uno vive desconectada totalmente del mundo de los bebés y las madres, el mundo de hoy, no nos ha permitido criarnos como las mujeres de antes y llegamos totalmente asombradas cuando bien nos va, si no es que aterradas, al momento de tener a nuestro bebé en brazos. :) he encontrado muchas csoas gracias a las redes y entre ellas los rebozos que me han venido geniales, me proporcionaron libertad, consuelo cuando tuvimos que separarnos y sobre todo un hermoso vínculo con mi pequeño! .. muchas gracias por arte el tiempo y el entusiasmo para promover el uso del rebozo, del porte, del bebito en el cuerpo... es MARAVILLOSO!!! :D

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  5. Oriana Sánchez Iriarte21 de noviembre de 2011, 6:56

    Hermosísimo Gaby. Definitivamente nuestro SER madre se construye desde adentro. Regresé al grupo de lactancia después de un mes de ausencia y encontré nuevas mamás, que ya se llevaron la recomendación de buscar el grupo para asesoría. Les comentamos que es más "sencillo" que te permite "hacer más cosas" que es mejor para los bebés y para ti el cargarlos en rebozo. Pero la verdad es que va mucho más allá y tú lo describiste de una forma bellísima. Gracias por todo lo que nos has aportado a Andrea y a mí y a tantas familias. Ya va a ser un año que tuve la fortuna de encontrar tu blog. Los queremos muchísimo a ti ya Santi.

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  6. ME compre una tela de rebozo de 5 m, sine mbargo nadie en mi familia sabe explicarme como usarle. Mi madre me puso una vez un elque.o rebozo d 3.5 m amarrado al hombro y fue una tortura... Me dolía ntir el peso de mi bebé en un solo punto. De verdad quiero aprerder a cargarlo

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  7. En dónde te encuentras? Si estás en el DF o en Querétaro, puedes acudir a una de nuestras reuniones y te enseñamos a usar tu tela.

    En caso de no poder venir, busca en Youtube 'Cruz envolvente al frente con fular tejido', y sigue las instrucciones. El chiste es apretar toda la tela lo suficiente para que sientas que el bebé queda bien pegado a ti, y que las tres capas de tela soporten peso (es decir, que las tres se sientan apretadas).

    y por último recuerda que si sientes el peso en un solo punto, esto quiere decir que tu amarre podría ser mejor; es decir, el peso siempre tiene que distribuirse en tu espalda y torso cuando se abre la tela, no tiene que quedarse todo clavado en un punto.

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